Muchos afirman que a día de hoy la enseñanza, tal y como está estructurada, no ve como viable la metodología que introdujo la célebre educadora italiana María Montessori de finales del siglo XIX y principios del XX.
Para ella, la escuela no es un espacio destinado únicamente a que un maestro o un profesor trasmita conocimientos de forma directiva, Montessori, defendía ante todo que el propio niño desarrollara sus capacidades de una forma más libre a partir de un material didáctico especializado.
La perspectiva pedagógica de María Montessori tuvo un impacto mundial, y renovó muchos de los cimientos educativos mantenidos hasta entonces.
Los mandamientos de María Montessori para los padres y madres
La primera tarea de la educación es agitar la vida, pero dejarla libre para que se desarrolle.
Aquí la lista:
– Recuerda siempre que los niños aprenden de lo que les rodea. Sé su mejor modelo.
– Si criticas mucho a tu hijo, lo primero que aprenderá es a juzgar.
– En cambio, si lo elogias con regularidad, él aprenderá a valorar.
– ¿Qué ocurre si le muestras hostilidad al niño? él aprenderá a pelear.
– Si se ridiculiza al niño de modo habitual, será una persona tímida.
– Ayuda a que tu hijo crezca sintiéndose seguro a cada instante, será entonces cuando aprenda a confiar en los demás.
– Si desprecias a tu hijo niño con frecuencia, se desarrollará un sentimiento muy negativo de culpa.
– Propicia que tu hijo vea que sus ideas y opiniones son siempre aceptadas, con ello conseguimos que se sientan bien ellos mismos.
– Si el niño vive en una atmósfera donde se siente cuidado, integrado, amado y necesario, aprenderá a encontrar amor en el mundo.
– No hables mal de tu niño/a, ni cuando está cerca, ni cuando no lo está.
Concéntrate en que tu hijo está creciendo y desarrollándose de modo óptimo, valora siempre lo de lo bueno del niño de tal manera que no quede nunca lugar para lo malo.
– Escucha siempre a tu hijo y respóndele cuando él se acerque a ti con una pregunta o un comentario.
– Respeta a tu hijo aunque haya cometido un error. Apóyalo. Lo corregirá ahora o quizá un poco más adelante.
– Debes estar dispuesto/a a ayudar a tu niño si busca algo, pero debes también estar dispuesto a permitir que encuentre las cosas por sí solo.
– Cuando te dirijas a tu hijo, hazlo siempre de la mejor manera. Ofrécele lo mejor que hay en ti mismo/a.
– Cuando un niño se siente seguro de sí mismo, deja entonces de buscar la aprobación de los adultos a cada paso.
María Montessori
Fuente: lamenteesmaravillosa.com