Estas frases aplican tanto para extranjeros como para los propios mexicanos, porque luego se nos olvidan.

“Ahorita”

Uno esperaría que una solicitud se respondería rápido cuando escuchas un “ahorita”, pero es tan relativa que quizá se refiera a horas e incluso años.

“No pica”

Pica y pica mucho, el paladar de un mexicano es tan versátil como ardiente y bien puede ser una buena broma o realmente no pica para él, pero a ti sí. Más vale probar antes de atascar tu taquito de salsa.

“Había mucho tráfico”

Aunque en algunas ciudades es cierto, esta frase es el pretexto perfecto para justificar la impuntualidad, ¿o no?

“La última y nos vamos”

¡Ay, ajá!, es casi, casi como el “algo tranqui”, seguramente terminarás después de las 6 de la mañana enfiestado y con ganas de desayunar barbacoa.

“Estamos en contacto”

Es la típica cuando te encuentras a alguien a quien no habías visto en mucho tiempo y no quedas en una fecha para volverlo o volverla a ver, es la frase políticamente correcta.

“El lunes empiezo la dieta”

Pero el lunes estás tan deprimido o deprimida de que comenzó la semana y te consientes con alguno de tus platillos favoritos que incluyen mucha grasa, para compensar la depresión.

“Ya voy saliendo”

Y seguramente apenas te acabas de meter a bañar. ¿La has aplicado?

“Es aquí cerquita”

Lo que nadie te dice es que “cerquita” incluye autopista, caseta y quizá hasta un huso horario diferente.

“Ya tengo un compromiso”

Realmente no quiere asistir a tu evento, sólo pone de pretexto para poderse quedar en casa para estar en pijama y ver películas todo el día.

“Estaba en junta”

Esta es otra de las típicas frases para justificar el que no te contesten el teléfono o los mensajes y funciona.

¿Aplicas alguna otra?

Cambiar las sábanas es necesario por higiene, pero cómo saber cuándo es el momento adecuado para hacerlo y por qué, aquí te lo decimos.

Las sábanas son de los tejidos que absorben más bacterias, debido al polvo de la habitación, gérmenes que traemos a la cama, suciedad, ácaros, piel muerta, pelos y cabellos, secreciones secas como saliva o sudor, y más.

Todas estas sustancias podrían estar en tu cama y afectar tu salud. Lo importante es seguir algunas reglas de higiene básicas.

Cuándo cambiarlas

Según estudios, las sábanas deben lavarse y cambiarse al menos una vez a la semana, para asegurar un bajo nivel de bacterias en los tejidos.

Si en la cama descansa algún enfermo, estás acostumbrado a dormir desnudo o con una temperatura muy alta como la playa, debes hacerlo más de una vez a la semana.

Cómo lavar las sábanas

Revisa la etiqueta, algunas sábanas están hechas de tejidos diferentes y requieren ciertas especificaciones para no dañarlas.

Se recomienda lavarlas con agua caliente, a una temperatura de 60°C cuando el cambio se hace después de más de una semana, pero si se realiza cada semana, puedes lavarlas a 40°C.

Puedes utilizar cloro para desinfectarlas, pero no demasiado, enjuágalas bien y déjalas secar al sol para eliminar todas las bacterias.

Otros beneficios

Dormir con sábanas limpias te ayudará a tener un mayor descanso, la suciedad y el mal olor puede afectar tu calidad de sueño.

¡Es delicioso! Te encantará dormir en una cama limpia no importa si duermes solo o acompañado.

Y tú, ¿hace cuánto que no cambias tus sábanas?

Fuente: abc.es