En ocasiones, las chicas exigen demasiado a su pareja: que sea ordenada, cariñosa, detallista y considerada, entre muchas otras peticiones.
Pero también es necesario conceder y ceder en las peticiones de su pareja. Si no va en contra de ti misma o te daña física o mentalmente, considera consentirlo también.
Para ellos la vida sexual es muy importante y con la vida cotidiana y la costumbre quizá se haya perdido un poco la “llama de la pasión”. ¿Qué tal volver a encenderla?
¡Ambos saldrán beneficiados!
Intenta hacer lo que siempre te ha pedido
¿Qué es eso que siempre te ha pedido y te has negado más allá de que no te guste por pena? Porque creas que no le va a gustar a él o tú te sientas mal contigo misma.
Lo que menos le importan son esas lonjitas que tú ves desagradables y si no te animas a probarlo, ¿cómo sabes que no te gusta? ¡Adiós inhibiciones!
Deja las luces prendidas
Si eres de las que te da pena tu cuerpo, no te martirices más, cuando él esté contigo, jamás se irá o te criticará por tu apariencia, tu peso o tu figura. Si lo hace, entonces no merece estar contigo.
Háblale
Si naturalmente quisieras decir algo, pero no lo dices por pena… olvídate de eso, di todo lo que quieras decir y siéntete libre para expresar lo que estás sintiendo, eso les encanta.
Lista de posiciones
Cuéntale tus planes sobre nuevas posiciones y pregúntale su opinión. Hablar sobre el tema sin prejuicios y también contándose fantasías sexuales hará que se tengan mucha más confianza de decirse mutuamente lo que les gusta y lo que no.
Comienza tú
Si eres de las que espera que su pareja las busque para iniciar un contacto sexual, sorpréndelo esta vez y búscalo tú, con alguna caricia sutil o juegos de palabras previos. ¿Te animas?
