Cumplir con nuestras obligaciones, pero también hacerle frente a nuestros errores y emociones es ser responsables, eso incluye tomar decisiones y responder ante lo que hacemos y decimos.
Es el cumplimento de promesas, de obligaciones y de comprometerse con una situación, es por ello que se trata de una cualidad y de una forma correcta de actuar.
Las personas que han conseguido logros, tanto personales como profesionales, mencionan a la responsabilidad como parte importante del proceso.
Ser responsable es prever, conocer y aceptar consecuencias de las palabras que decimos y acciones que cometemos, esto evita que culpes a otros de lo que pasa en tu vida, haciéndote independiente y libre para superar obstáculos.
¿Cómo ser responsable?
Aceptar que somos responsables ante lo que decimos o hacemos, o comprometernos ante una causa puede ser un gran desafío, porque requiere trabajo y voluntad. Así que aquí te dejamos algunos consejos que puedes aplicar.
Analízate
Comienza con una mirada interna. Piensa por qué no cumples con ciertas reglas y obligaciones, por qué te las saltas o por qué responsabilizas a otros de lo que haces. Esto es muy importante, porque así encontrarás la causa y entenderás de dónde surge esa irresponsabilidad.
No culpes a los demás
Lo que hacemos y decimos es responsabilidad nuestra, incluso de lo que sentimos, así sea enojo, tristeza o ira a partir de otra persona. Aunque nos hayan hecho daño, somos responsables de lo que sentimos y hacemos. Así que te conviene dejar de culpar a los otros por lo que te sucede, así tendrás el control.
No malinterpretes o supongas
Es muy común cuando culpamos a otros de lo que sentimos, por eso malinterpretamos o suponemos lo que está pensando la otra persona. Recuerda que lo único que puedes controlar es a ti mismo.
Toma decisiones y acepta consecuencias
Suele ser más cómodo dejar que alguien más tome decisiones, así las consecuencias no las tendrás que aceptar. Pero, tus logros y alcances serán muy cortos si no comienzas a tomar decisiones, pero sobre todo a aceptarlas con todo y sus consecuencias. Reparar el daño o aprender de ellas y seguir tu camino.
Cumple con tus compromisos
Así sean los más pequeños como una cita familiar, hasta una relación de pareja. Se trata de ser puntual, de cumplir lo que dices y prometes.
Ten disciplina y olvídate de las excusas
Llevar una rutina te ayudará a tener disciplina, recuerda que todo esto requiere voluntad y cumplir estrictamente las actividades que tienes. Esto también tendrá consecuencias.
Deja de quejarte
Quejarte te quitará tiempo de acción, ya sea para reparar algún daño o para tomar decisiones sobre una situación. Es importante decir lo que te molesta, pero sólo pensar en ello o quejarte constantemente se vuelve un vicio que no te hace ser responsable.
Respeta tu tiempo y el de los demás
Es una gran regla, pero no sólo el tiempo, sino también tus propios valores y los valores de los demás. Esto significa que no intentarás controlar a los otros y que tus acciones serán honestas y acorde a tu tiempo y valores.
No intentes complacer a todo el mundo
Tratar de complacer a todos te hará cometer errores, dejar tu rutina, ser indisciplinado y al final quedarás mal en todos lados, esto porque quizá para complacer dejes de ser honesto o faltarle el respeto a tus valores. Piensa en ello.
Vive tus emociones
Todas las emociones, así sean negativas o positivas son tuyas, toma el control de ellas y siéntelas, no culpes a otros de lo que sientes. Asume lo que estás sintiendo y decide sentirlo o dejar de sentirlo.
Pide ayuda
Cuando ya no puedas cumplir con ciertos compromisos, no dudes en pedir ayuda, esto también es ser responsable. Cumple lo que prometes con honestidad y una gran sonrisa.
Cuéntanos cómo te fue en el proceso.
