Esta adicción, como otras, puede afectar la vida diaria de las personas que la padecen, incluyendo la de su pareja.
Aprender a diferenciar cuando ya es una patología de un comportamiento normal, te ayudará a buscar ayuda a tiempo y mejorar tu relación de pareja.
¡Toma en cuenta estas señales!
Mentiroso
Un adicto tiende a guardar en secreto su adicción, así que buscará formas de ocultarla, muchas de ellas con mentiras.
Masturbación excesiva
Si tu pareja se masturba después del sexo o descubres que lo hace muy frecuentemente, quizá sea tiempo de hablar el tema.
Afecta sus actividades diarias
Este punto es el más importante, cuando tu pareja deja de hacer lo que tiene que hacer, en el trabajo o en casa por estar viendo películas pornográficas o para tener sexo, es un foco rojo importantísimo
Habla todo el tiempo sobre sexo
Cualquier actividad que planeen juntos tiene que ver con eso, sus planes, sus proyectos, todo está en relación a qué hacer
Coquetos
Algunos adictos se preocupan muchísimo por estar en ligue todo para conseguir sexo. Se arreglan demasiado y están dispuestos a ir a cualquier lado con tal de tener sexo.
Insatisfacción permanente
Aunque se consiga el objeto de deseo, tener un buen funcionamiento y rendimiento, alcanzar orgasmos o disfrutar sexualmente, la persona no queda satisfecha, por lo que buscan más y más.
Fantasías sexuales que se convierten en obsesión
Recurrentes fantasías sexuales que se convierten poco a poco en pensamientos obsesivos y un irrefrenable deseo sexual que las conductas impulsivas intentan, sin éxito, saciar.
Conductas autodestructivas
Consideran el sexo como una forma de solucionar su vida, si no sienten culpa, frustración e incluso llegan a tener comportamientos violentos y autodestructivos ligados a otras adicciones como las drogas y el alcohol.
Si notas cambios importantes en tu pareja, si no te sientes cómoda con la situación, háblalo, busca ayuda.