La orina en el ser humano es un indicador de salud, por eso sobre todo con los más pequeños de la casa nos fijamos en cómo es y nos preocupa cualquier alteración.
Así como el color de la orina puede informarnos sobre nuestra salud, también la cantidad puede significar un problema. Veamos algunos casos en los que nuestro bebé podría tener alguna dificultad, estar mal hidratado, sufrir una infección… para saber detectar los síntomas.
Un pipí abundante, clara y regular es signo de que el bebé está sano, bien alimentado e hidratado. Pero, ¿cuando no es normal la orina del bebé? Esto es sólo una guía, pero siempre toma en cuenta que debes visitar a tu médico cuando notes algo fuera de lo normal.
El bebé moja poco el pañal: orina escasa
En ocasiones el pipí puede ser escaso, en cantidad o en frecuencia. Se dice que un bebé suele hacer pis unas cinco veces al día, pero esto es muy difícil de cuantificar. Pero, si observamos el pañal con frecuencia y lo observamos más seco de lo normal, hay que estar atento porque puede ser un síntoma de deshidratación del niño.
Cuando el bebé moja poco el pañal puede ser porque ha tomado menos pecho del que le correspondería, porque ha sudado más de lo habitual si hace calor o porque tiene fiebre.
Entonces, hay que asegurarse que toma el alimento suficiente para mantenerse hidratado, ofrecerle más pecho o biberón (sobre todo en verano, que sudan más) y si ha iniciado la alimentación complementaria agua y alimentos ricos en agua, como las frutas.
Sienten dolor o escozor al orinar
Puede que el niño sienta dolor o escozor al orinar, un niño mayor lo podrá decir, pero en los bebés esto se asocia al llanto en el momento de hacer pis. En estos casos, el flujo de orina es reducido y el niño puede tener sensación de orinarse más frecuente. Podría tratarse de una infección de las vías urinarias, lo cual requiere un tratamiento específico.
La infección de orina es una de las infecciones más frecuentes en niños y niñas. Puede afectar a las estructuras por las que pasa la orina (riñones, uréteres, vejiga y uretra) y convierte el pipí en un poco más rosado o rojizo.
Cuando la infección se produce en la vejiga recibe el nombre de cistitis y los síntomas junto al escozor son dolor abdominal bajo y olor y color de la orina más fuerte de lo habitual. La cistitis está provocada por gérmenes que colonizan el intestino y es más frecuente en las niñas, por lo que es crucial cuidar su higiene íntima de manera que no se propicie la infección.
La infección en los riñones es más grave (pielonefritis) y se acompaña además de dolor en la zona lumbar, escalofríos y fiebre. Por ello es importante diagnosticar la infección cuanto antes para tratarla y evitar que empeore. En los bebés, cuando se sospecha que hay infección se realizan análisis de orina para comprobarlo.
Orina oscura
Es normal que los bebés tengan un pipí más ligero, acuoso y más claro que los adultos y niños mayores. En los niños empieza a oscurecerse la orina debido a la introducción de alimentación complementaria y a que los riñones están más maduros y son capaces de eliminar más sustancias de desecho con menos agua.
No obstante, si observamos que el pipí del niño es más oscuro que el amarillo habitual, hay que buscar una causa. Normalmente, esta variación será debida simplemente a que el niño ha sudado mucho, o a un determinado alimento que pueda oscurecer la orina.
Más raramente, este síntoma se asocia a la existencia de sangre diluida en la orina (y esto puede suceder a bebés y niños), lo que podría significar una infección de las vías urinarias, con los riesgos que acabamos de comentar.
Orina naranja en el recién nacido
Muchos recién nacidos dan un pequeño susto a sus padres cuando se encuentran el pañal manchado de color naranja, pero es algo que no debe preocuparnos. Son los uratos los que tiñen la orina del recién nacido, que elimina estas sustancias en sus primeras micciones. Simplemente habrá que vigilar que el pipí vaya aclarándose y tomando su color claro normal.
Otros colores en la orina, lechosa, verde, azul, marrón oscuro… se deben a enfermedades o procesos variados y por lo tanto han de ser consultados con el pediatra (pueden venir dados por el efecto de unos medicamentos, trastornos hepáticos…).
En definitiva, el bienestar de nuestro bebé se puede medir a través de varios indicadores y la orina es uno de ellos. Normalmente no observaremos ningún signo preocupante en la orina del bebé.
Pero si vemos alguno de estos cambios que se mantienen en el tiempo o van acompañados de síntomas como fiebre, la orina del bebé no es normal y hemos de acudir al pediatra para determinar la causa, tratarla y evitar un empeoramiento.
Fuente: bebesymas.com