Regularmente cuando le decimos a alguien que no nos gusta algo, cuando le ponemos límites o cuando pedimos que mejore algo, esa persona se enoja.
En ocasiones, es difícil ser asertivo a la hora de comunicarnos sobre todo en temas que pudieran ser sensibles.
La persona a la que te diriges se siente atacada y reacciona a la defensiva.
¿Qué hacer? ¡La técnica del sándwich!
Te decimos en qué consiste y lo mejor es que puedes aplicarla en cualquier persona, incluso en ti misma.


Paso 1
Comienza con un elogio o una cualidad positiva

Los comentarios positivos harán más receptiva a la persona a escucharte.
Ejemplo para tu esposo: Gracias por poner tu mayor esfuerzo en hacer las tareas de la casa con una sonrisa.
Ejemplo para tu hijo: Tú eres un niño que se sabe portar bien, amable, atento y que le importan los demás.
Paso 2
Incluye la parte “negativa”
Explícale qué es lo que deseas que cambie y por qué debe cambiarlo.
Ejemplo para tu esposo: Me ayudaría mucho más si lavas los trastes después de comer, sé que es un esfuerzo extra.
Ejemplo para tu hijo: Tú eres un niño que se sabe portar bien, pero no puedes gritar y llorar para pedirme cosas, porque así no te puedo entender.
Paso 3
Termina con otro comentario positivo
Es importante acabar con un mensaje positivo para que esa persona se sienta motivada y valorada.
Ejemplo para tu esposo: De verdad, agradezco todo lo que haces por la familia, ¿en qué podría ayudarte yo?
Ejemplo para tu hijo: Te agradezco que hayas podido estar calmado y tranquilo escuchando lo que te estoy pidiendo.
¡Inténtalo!
Evitará que las personas se pongan a la defensiva.