¡Un ejemplo a imitar! Empresas como la cadena estadounidense Chick-fil-a se están poniendo a la vanguardia encargándose de su basura.
¿Cuántas veces botaste un vaso sin saber dónde iría a parar?
Esta cadena de restaurantes le pide a sus clientes que desechen sus vasos de poliestireno por separado para que luego, ellos comiencen su viaje a ser un aporte que la comunidad agradecerá: bancas para plazas públicas.
Luego de ser picados en pequeños pedazos, se comprimen y se fabrican bloques con el material que luego viaja hasta Iowa, donde una empresa especializada recibe estas grandes piezas de material comprimido y los vuelve a despedazar.
Los pedazos resultantes del último proceso son mezclados con otros materiales que dan origen a la materia prima de las bancas.
Con el material en forma líquida, proceden a solidificarlo con las formas que constituyen una banca.