La ira es un enojo acumulado, que no fue expresado o desahogado a tiempo, y que termina en lo que comúnmente llamamos “explotar”.
Esta ira tiene estrecha relación con la ansiedad y una acumulación de emociones que tienen que ver con lo que opinas de ti mismo y de los demás, lo que deberían hacer, lo que no han hecho o cómo se han comportado.
La rabia es una emoción que suele apagar tu enfoque racional y se manifiesta incluso en enfermedades somáticas como estomacales y respiratorias. Además, es una resistencia a sentir otro tipo de emociones como tristeza, abandono, frustración o dolor.
¿En tu mente tienes frases como estas?
- Los demás me maltratan.
- Por qué no me quiere como yo a él o ella.
- No recibo la ayuda que necesito de los demás.
- Si tengo tantos obstáculos es porque voy a fallar y no soy capaz de lograrlo.
- Por qué nadie me entiende.
- Nadie escucha lo que siento y quiero.
- ¡Esto es injusto!
Esto está dado porque hacemos responsables a los demás de nuestro bienestar, pensamos que el mundo exterior es el que debe de darnos gusto en lo que queremos, una idea que ronda en nuestra mente es que los demás deben saber qué se tiene que hacer y cómo para cumplir nuestras expectativas.
Entonces, si las cosas no pasan a nuestro modo, llega la frustración, lo que no somos capaces de soportar y se van generando molestias que poco a poco se transforman en ira.
Detrás de un enojo suele existir un sentimiento de tristeza escondido, pero para no mostrarte vulnerable, lo canalizas en forma de enojo.
¿Sientes que debes mostrarme fuerte siempre ante los demás?
La ira se expresa generalmente con gritos en una desesperación por ser escuchado, por buscar sentirse amado, libre, incluido y respetado.
“Cuando estés molesto cuenta hasta diez antes de hablar. Si estas muy molesto, cuenta hasta cien”.
-Thomas Jefferson-
¿Qué hacer entonces cuando sentimos rabia?
Hazte responsable de tus emociones
Tus emociones son sólo tuyas, nadie puede sentirlas ni vivirlas, ni provocarlas, más que tú. Cuando haces responsable a alguien de lo que sientes, te vuelves irresponsable y el sentimiento crece hasta culpar a los demás de lo que sientes, esto evitará que te sientas mejor, porque la responsabilidad es tuya.
Haz una mirada interior
La rabia suele indicarnos que tenemos alguna insatisfacción personal, algo no resuelto que incluso puede venir desde la infancia. Así que cuando sientas rabia, observa qué situaciones o momentos la detonan y en qué momento te sientes bien.
Quizá encuentres similitudes entre las situaciones, sobre todas aquellas que incluyen insatisfacción, dolor, expectativas no cubiertas, sentimientos de inferioridad, abandono, frustración, falta de apoyo, búsqueda de la perfección, entre otras. ¿Te identificas?
Busca actividades físicas
Hacer ejercicio es un excelente forma para desahogar emociones sin hacerle daño a alguien. Puedes utilizar tal cual un punching bag, salir a correr, hacer ejercicio intense, pero también relajante como yoga, lo que te haga sentir mejor.
Intenta con la meditación
La meditación te ayuda a poner en paz tu mente, a lograr que aquellos pensamientos recurrentes se canalicen a una situación positiva, a conocerte, a entender tus emociones y a vivirlas sin rehusarte a sentirlas, ya sean positivas o negativas.
Procura expresar tus molestias en el momento
Quizá pasemos por alto algunas molestias porque las consideramos insignificantes, pero al acumularse terminamos explotando. Así sea la más mínima molestia, busca explicarla calmado, sin prisa y externando por qué te molesta, dándole paso a la otra persona a tener réplica y entender qué está pasando. Si te molesta, importa, recuérdalo siempre.
Desarrolla tu empatía y tolerancia
Esto es muy importante, las personas no van dañando a otras así como así por la vida, generalmente tienen sus propias preocupaciones, motivaciones e historias de tristeza y desamor personales.
Si alguien te hizo enojar, comienza a pensar por qué se comporta de determinada manera y busca esa empatía y tolerancia.
Acércate a personas de tu confianza
El afecto físico y emocional te ayudarán a sentirte mejor. Busca amigos que en lugar de fomentar tu ira, te hablen sobre tus intereses, salgan a reír, a caminar a comer, a tomarse un café y llorar juntos. Si necesitas un abrazo, pídelo.
Pide ayuda profesional
Si tus ataques de ira son muchos y tienden a dañar a otros constantemente, no dudes en asistir con especialistas, puede ser tratado para mejorar tu calidad de vida.
La ira no es mala, es una señal de alerta que nos indica que debemos encontrar dentro de nosotros mismos lo que le exigimos a los demás, pero que no estamos dispuestos hacer por nosotros.
El enojo aparece como señal de que necesitas protegerte de algo, estar a la defensiva y ofensiva, no te ayudará a sentirte mejor, porque quizá que de aquello que te proteges no sea una amenaza real y si lo fuera, hay otras formas de protegerte.